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Teoria del origen de la vida de miller

Resultados del experimento Miller-urey

El experimento de Miller-Urey[1] (o experimento de Miller[2]) es un famoso experimento químico que simulaba las condiciones que en aquel momento (1952) se creía que existían en la atmósfera de la Tierra prebiótica primitiva, con el fin de probar la hipótesis del origen químico de la vida en esas condiciones. En el experimento se utilizó agua (H2O), metano (CH4), amoníaco (NH3), hidrógeno (H2) y un arco eléctrico (este último simulando un hipotético rayo).

En su momento, apoyó la hipótesis de Alexander Oparin y J. B. S. Haldane de que las condiciones hipotéticas de la Tierra primitiva favorecían las reacciones químicas que sintetizaban compuestos orgánicos más complejos a partir de precursores inorgánicos más simples. Se trata de uno de los experimentos más famosos de todos los tiempos, considerado pionero y el experimento clásico para investigar la abiogénesis. Fue realizado en 1953 por Stanley Miller, supervisado por Harold Urey en la Universidad de Chicago, y publicado al año siguiente[3][4][5].

Tras la muerte de Miller en 2007, los científicos que examinaron los viales sellados conservados de los experimentos originales pudieron demostrar que en realidad se produjeron más de 20 aminoácidos diferentes en los experimentos originales de Miller. Las pruebas más recientes sugieren que la atmósfera original de la Tierra podría haber tenido una composición diferente a la del gas utilizado en el experimento de Miller, pero los experimentos prebióticos siguen produciendo mezclas racémicas de compuestos simples a complejos -como el cianuro- en condiciones variables[7].

¿Qué es la teoría de Miller en biología?

Experimento de Miller y Urey

Eran de la idea de que la atmósfera de la Tierra primitiva era capaz de producir aminoácidos a partir de materia inorgánica. Los dos biólogos utilizaron el metano, el agua, el hidrógeno y el amoníaco que consideraron que se encontraban en la atmósfera de la Tierra primitiva.

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¿Qué relación guarda el experimento de Stanley Miller con el origen de la vida?

En 1953, el científico Stanley Miller realizó un experimento que podría explicar lo que ocurrió en la Tierra primitiva hace miles de millones de años. Envió una carga eléctrica a través de un matraz con una solución química de metano, amoníaco, hidrógeno y agua. Así se crearon compuestos orgánicos, incluidos los aminoácidos.

¿En qué consistía la teoría de la vida de Miller y Urey?

El experimento de Miller-Urey aportó las primeras pruebas experimentales de la hipótesis de la “sopa primordial”, es decir, la idea de que los compuestos orgánicos simples, formados cuando la energía desencadenó reacciones químicas en la atmósfera, se acumularon en una “sopa” como la de los océanos o los estanques.

El experimento de Miller explicado para niños

El experimento Miller-Urey, realizado por los químicos Stanley Miller y Harold Urey en 1953, es el experimento clásico sobre el origen de la vida. Demostró que la atmósfera de la Tierra primitiva, tal y como ellos la imaginaron, era capaz de producir aminoácidos, los componentes básicos de la vida, a partir de sustancias inorgánicas.

Armen Mulkidjanian, de la Universidad de Osnabrueck (Alemania), y Michael Galperin, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, presentan sus hipótesis y pruebas en dos artículos publicados y abiertos a revisión en la web Biology Direct.

Los científicos sugieren que la vida en la Tierra se originó en estructuras porosas fotosintéticamente activas, similares a las fuentes hidrotermales de aguas profundas, hechas de sulfuro de zinc (más comúnmente conocido como fósforo). Argumentan que, bajo la alta presión de una atmósfera dominada por el dióxido de carbono, las estructuras de sulfuro de zinc pudieron formarse en la superficie de los primeros continentes, donde tenían acceso a la luz solar. A diferencia de muchas teorías existentes que sugieren que la radiación UV fue un obstáculo para el desarrollo de la vida, Mulkidjanian y Galperin creen que en realidad ayudó.

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Una producción de aminoácidos en las posibles condiciones de la Tierra primitiva

En 1953, el científico Stanley Miller realizó un experimento que podría explicar lo que ocurrió en la Tierra primitiva hace miles de millones de años. Envió una carga eléctrica a través de un matraz con una solución química de metano, amoníaco, hidrógeno y agua. Así se crearon compuestos orgánicos, entre ellos los aminoácidos.

Fabricar aminoácidos es complicado, incluso en el laboratorio. Sabemos que existen aminoácidos en algunos tipos de meteoritos y partículas de polvo interplanetario. Cuando caen sobre la superficie de un planeta, importan los posibles componentes básicos de la vida, pero no necesariamente la vida misma. Los científicos creen que en el camino debió de haber un paso crucial que convirtió los átomos en organismos, pero aún no saben cuál es.

Experimento Miller-urey

Si el origen de la vida se produjo antes de que los científicos pudieran observarlo, ¿cómo puede estudiarse nuestro origen con el método científico? Esta pregunta se responde en nuestro resumen del experimento de Miller-Urey.

El experimento de Miller-Urey fue el primer intento de explorar científicamente las ideas sobre el origen de la vida. Stanley Miller simuló las condiciones que se creían comunes en la antigua Tierra. El propósito era probar la idea de que las moléculas complejas de la vida (en este caso, los aminoácidos) podrían haber surgido en nuestro joven planeta a través de reacciones químicas simples y naturales.

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El experimento fue un éxito, ya que durante la simulación se produjeron aminoácidos, los componentes básicos de la vida. El hallazgo fue tan significativo que puso en marcha un campo de estudio completamente nuevo: La química prebiótica.

Los científicos tienen ahora razones para creer que los gases utilizados en la simulación de Miller-Urey no eran en realidad los mismos que los de la antigua atmósfera. Por ello, desde entonces se han realizado muchos experimentos, probando una gran variedad de atmósferas y diferentes condiciones ambientales. Los resultados son abrumadores: las moléculas de la vida pueden formarse en una gran variedad de condiciones similares a las de la antigua Tierra.

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