Los experimentos de Redi ayudaron a aprobar la generación espontánea en la que la vida evolucionó a partir de la vida
Svante Arrhenius (1859-1927) dejó su impronta en tres campos que han cobrado importancia en la ciencia del siglo XX: la química física (a través de su teoría de la disociación iónica), la climatología (mediante su modelo de la magnitud del efecto invernadero en el calentamiento global) y la inmunoquímica (a través de sus ideas sobre las reacciones químicas de la sueroterapia). Ejerció una gran influencia en la selección de los galardonados con los primeros premios Nobel de ciencia e hizo de la divulgación científica una nueva forma de arte con Worlds in the Making, su libro sobre física cósmica y cosmología, muy leído. Los estudiantes de química le conocen por la ecuación de Arrhenius, que describe la dependencia de la temperatura de las constantes de velocidad de las reacciones químicas.
En su carrera científica, Arrhenius cruzó las fronteras entre disciplinas, en particular la física y la química, así como entre países. Comenzó en su Suecia natal y se trasladó al mundo científico germanohablante en la década de 1880. Su teoría de la disociación electrolítica formulada en 1887 le convirtió en uno de los pioneros de la nueva química física. De regreso a Suecia en la década de 1890, utilizó su base como profesor de física en la Universidad de Estocolmo, y más tarde director del Instituto Nobel de Química Física, para construir una red internacional que abarcaba Europa, Rusia y Norteamérica.
¿Cuáles son las 4 teorías sobre el origen de la vida?
Creación divina, evolución, generación espontánea y cosmogénesis son las cuatro teorías examinadas.
¿Qué explica la teoría del origen de la vida?
La teoría del Big Bang es la más aceptada sobre el origen del planeta Tierra y la existencia de diferentes formas de vida en él. Según esta teoría, el universo es el resultado de una explosión masiva ocurrida hace 20.000 millones de años. Tanto si se trata de una hipótesis como de un hecho, se formó un nuevo universo.
¿Qué teoría apoyó firmemente Arrhenius para la vida en la Tierra?
Teoría de la panspermia o teoría de las esporas: Esta teoría fue propuesta por Richter y apoyada firmemente por Arrhenius. La teoría supone que la vida estaba presente en forma de esporas resistentes y apareció en la Tierra procedente de otros planetas.
Teoría de la panspermia
La panspermia (del griego antiguo πᾶν (pan) ‘todo’, y σπέρμα (sperma) ‘semilla’) es la hipótesis, propuesta por primera vez en el siglo V a.C. por el filósofo griego Anaxágoras, de que existe vida en todo el Universo. Se cree que se distribuye por el polvo espacial,[1] meteoroides,[2] asteroides, cometas,[3] y planetoides,[4] así como por naves espaciales que transportan contaminación no intencionada de microorganismos[5][6][7] La panspermia es una teoría marginal con poco apoyo entre los principales científicos[8]. Los críticos argumentan que no responde a la pregunta del origen de la vida, sino que simplemente la sitúa en otro cuerpo celeste. También se la critica porque no puede probarse experimentalmente[9].
La panspermia propone (por ejemplo) que las formas de vida microscópicas que pueden sobrevivir a los efectos del espacio (como los extremófilos) pueden quedar atrapadas en los desechos expulsados al espacio tras las colisiones entre planetas y pequeños cuerpos del Sistema Solar que albergan vida[10]. Los estudios sobre la panspermia no se centran en cómo comenzó la vida, sino en los métodos que pueden distribuirla en el Universo[11][12][13].
Ecuación de Arrhenius
La idea de que la vida en la Tierra tuvo un origen extraterrestre se remonta al antiguo filósofo griego Anaxágoras, que vivió en el siglo V a.C. Anaxágoras afirmaba que el universo está hecho de un número infinito de espermata (semillas). Éstas dan lugar a las formas de vida al llegar a la Tierra. Anaxágoras acuñó para su propuesta el término Panspermia, que significa literalmente “semillas en todas partes”.
Mucho más tarde, en el siglo XIX, Hermann Richter propuso la idea de que la vida siempre ha existido en el universo, propagándose de un lugar a otro por medio de los “cozmozoa” (gérmenes del cosmos). Según esta teoría, la vida ha existido y existirá por toda la eternidad, por lo que no es necesario explicar su origen. Lord Kelvin y Herman von Helmholtz también opinaban que la vida en la Tierra llegó de otro lugar del universo.
En 1908, el físico-químico sueco Svante Arrhenius propuso una nueva versión de la teoría del cozmozoo, y le dio el nombre de Panspermia utilizado originalmente más de 2000 años antes por Anaxágoras. La contribución de Arrenhius fue una nueva teoría del mecanismo por el que la vida podía transportarse entre planetas; propuso que las esporas bacterianas eran impulsadas a través del espacio interplanetario por la presión de la radiación. Las teorías anteriores suponían que el transporte se realizaba por medio de meteoritos. Esto entrañaba dificultades asociadas a las altísimas temperaturas a las que suelen estar sometidos los meteoritos al entrar en la atmósfera terrestre. La teoría de Arrenhius evitaba estas dificultades; las esporas bacterianas que llegaban a la Tierra (posiblemente adheridas a granos de polvo interestelar) podían caer lentamente al suelo sin ser sometidas a altas temperaturas debido a la fricción del aire.
Teoría de la abiogénesis
ResumenHistóricamente, las ideas sobre los orígenes de la vida se han mezclado con las explicaciones evolucionistas. Darwin evitó discutir en público el origen de las primeras especies, aunque reconoció la posibilidad de que la vida se originara por causas naturales. Algunos de sus seguidores adoptaron esta postura materialista y defendieron algún tipo de generación espontánea en un pasado lejano. No obstante, los experimentos de Pasteur supusieron un gran obstáculo para la aceptación científica de la aparición repentina de la vida. El estudio científico del origen de la vida, establecido en la década de 1920, exigía abandonar la idea de un acontecimiento fortuito único y considerar una visión de la vida surgida como resultado de un largo proceso evolutivo. A finales del siglo XX, algunos autores adoptaron puntos de vista no darwinistas sobre el origen de la vida, ejemplificados en este trabajo por el neovitalismo de algunos científicos católicos. Proponemos que el darwinismo representa un ejemplo genuino de marco científico adaptativo. Al reconocer el cambio en los rasgos que caracterizan al darwinismo, podemos entender su relación con las teorías sobre el origen de la vida en una línea no dogmática.