Teoría del Big Crunch
Hasta hace poco, los astrónomos creían que el cosmos se expandía y colapsaba una y otra vez en un ciclo infinito de muerte y renacimiento cósmicos. Pero las mejores pruebas apuntan a un Armagedón lejano, lleno de más pavor existencial que el Libro del Apocalipsis. Trillones de años en el futuro, mucho después de la destrucción de la Tierra, el universo se separará hasta que cese la formación de galaxias y estrellas. Lentamente, las estrellas se extinguirán, oscureciendo los cielos nocturnos. Toda la materia restante será engullida por los agujeros negros hasta que no quede nada. Finalmente, desaparecerán los últimos rastros de calor.
El universo no siempre pareció destinado a terminar así. Hace aproximadamente un siglo, los astrónomos pensaban que nuestra galaxia, la Vía Láctea, era el universo entero. Nuestro cosmos parecía estático: siempre había sido, y siempre seguiría siendo, más o menos el mismo. Sin embargo, cuando Albert Einstein formuló sus teorías de la relatividad, observó indicios de algo extraño. Sus ecuaciones implicaban un universo en movimiento, en expansión o en contracción. Einstein añadió una constante cosmológica que mantenía el universo en un estado estacionario más atractivo.
Muerte por calor del universo
El Big Crunch es un escenario hipotético del destino final del universo, en el que la expansión del universo acaba invirtiéndose y el universo vuelve a colapsarse, provocando en última instancia que el factor de escala cósmica llegue a cero, un acontecimiento potencialmente seguido por una reformación del universo que comienza con otro Big Bang. La gran mayoría de las pruebas indican que esta hipótesis no es correcta. Por el contrario, las observaciones astronómicas muestran que la expansión del universo se está acelerando en lugar de ser frenada por la gravedad, lo que sugiere que es mucho más probable que el universo termine en una muerte por calor[1][2][3].
La teoría se remonta a 1922, cuando el físico ruso Alexander Friedmann creó una serie de ecuaciones que demostraban que el fin del universo depende de su densidad. Podría expandirse o contraerse en lugar de permanecer estable. Con suficiente materia, la gravedad podría detener la expansión del universo y, finalmente, invertirla. Esta inversión provocaría el colapso del universo sobre sí mismo, algo parecido a un agujero negro[4].
Más allá del universo wiki
Hace cien años, un artículo de Scientific American sobre la historia y la estructura a gran escala del universo habría sido casi completamente erróneo. En 1908, los científicos pensaban que nuestra galaxia constituía la totalidad del universo. Lo consideraban un “universo isla”, un cúmulo aislado de estrellas rodeado de un vacío infinito. Ahora sabemos que nuestra galaxia es una de las más de 400.000 millones de galaxias del universo observable. En 1908, el consenso científico era que el universo era estático y eterno. No se sospechaba ni remotamente el comienzo del universo en una ardiente gran explosión. No se comprendía la síntesis de los elementos en los primeros instantes del big bang y en el interior de los núcleos de las estrellas. No se soñaba con la expansión del espacio y su posible curvatura en respuesta a la materia. El reconocimiento del hecho de que todo el espacio está bañado en radiación, proporcionando una imagen fantasmal del frío resplandor posterior a la creación, tendría que esperar al desarrollo de las tecnologías modernas diseñadas no para explorar la eternidad, sino para permitir a los humanos telefonear a casa.
¿Tiene fin el universo?
No, porque si viajáramos a una galaxia lejana, parecería que todas las galaxias circundantes se alejaran a la misma velocidad. Piensa en el universo como en un globo gigante. Si marcamos varios puntos en el globo y luego lo inflamos, observaremos que cada punto se aleja de todos los demás, aunque ninguno se encuentra en el centro. La expansión del universo funciona de forma muy parecida. ¿Cuántos años tiene el universo?
Según los datos publicados por el equipo de Planck en 2013, el universo tiene 13.800 millones de años, más o menos unos cien millones de años, según la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (se abre en una nueva pestaña). Planck determinó la edad tras cartografiar las minúsculas fluctuaciones de temperatura en el CMB: “Los patrones en grandes zonas del cielo nos hablan de lo que ocurría en la más pequeña de las escalas en los momentos inmediatamente posteriores al nacimiento de nuestro universo”, afirma Charles Lawrence, científico estadounidense del proyecto Planck, en un comunicado (se abre en una nueva pestaña).¿Terminará el universo? Si es así, ¿cómo?
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