La edición estándar de las obras psicológicas completas de sigmund freud
La hipótesis fundamental que guía mi lectura de los Tres ensayos es la siguiente: las primeras versiones del texto -las de 1905 y 1910, concretamente- contienen una interpretación casi patoanalítica de la relación entre sexualidad (que es el ámbito en el que, según Freud, se decide la diferencia entre humanos y animales -de ahí la primacía de este ámbito en el pensamiento freudiano), patología y ʻnormalidadʼ. O, más precisa y radicalmente, estas primeras ediciones contienen una deconstrucción avant la lettre de la distinción normativa y esencialista entre ʻnormalidadʼ y patología. Esta ʻdeconstrucciónʼ se lleva a cabo mediante un análisis de la sexualidad humana para el que el llamado ʻprincipio de cristalʼ sirve de pauta heurística fundamental. Por eso me refiero a una interpretación “patoanalítica” de la existencia humana. El ʻprincipio del cristalʼ de Freud implica que hay que partir de la psicopatología para comprender adecuadamente las estructuras básicas de la existencia humana. Al igual que los cristales, los seres humanos también ʻse rompenʼ a lo largo de fallas que antes estaban ocultas. La psicopatología muestra la estructura fundamental y oculta de la existencia humana que, a su vez, ha de ser repensada a la luz de estas líneas de falla. La patología aparece así, como veremos, como un fallo necesario e inevitable de la existencia humana, de modo que la “normalidad” (la “salud psíquica”) ya no puede definirse de ninguna manera positiva.
¿Cuáles son los tres conceptos de la teoría de Freud?
Sigmund Freud teorizó que la mente estaba dividida en tres partes: el id, el ego y el superego . La función del ego puede describirse como una interferencia entre el id y el superego. Media entre las pulsiones del id y la necesidad de autoconservación.
¿Qué decía Freud sobre lo sexual?
Freud creía que todos los humanos eran bisexuales, con lo que se refería principalmente a que todos incorporan aspectos de ambos sexos y que todos se sienten atraídos sexualmente por ambos sexos. En su opinión, esto era cierto anatómicamente y, por tanto, también mental y psicológicamente.
Freud sobre el narcisismo
Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (en alemán: Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie), a veces titulada Tres contribuciones a la teoría del sexo, es una obra de 1905 de Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, en la que el autor avanza su teoría de la sexualidad, en particular su relación con la infancia.
Freud comienza su primer ensayo, sobre “Las aberraciones sexuales”, distinguiendo entre el objeto sexual y la finalidad sexual, señalando que las desviaciones de la norma pueden ocurrir con respecto a ambos[2]. El objeto sexual se define como un objeto deseado, y la finalidad sexual como los actos deseados con dicho objeto.
Al hablar de la elección de niños y animales como objetos sexuales -la pedofilia y el bestialismo-, señala que la mayoría de la gente preferiría limitar estas perversiones a los dementes “por motivos estéticos”, pero que también existen en personas normales. También explora las desviaciones de los objetivos sexuales, como en la tendencia a detenerse en aspectos sexuales preparatorios como mirar y tocar[3].
En cuanto a los neuróticos, Freud subraya que “en ellos puede demostrarse que existen tendencias a todo tipo de perversión como fuerzas inconscientes… la neurosis es, por así decirlo, el negativo de la perversión”[4] Freud también señala que, según su experiencia, las personas que son anormales desde el punto de vista de la conducta son siempre anormales desde el punto de vista sexual, pero que muchas personas que son normales desde el punto de vista de la conducta también son anormales desde el punto de vista sexual[5].
Freud el inconsciente pdf
Se refiere a los sentimientos y actitudes del analista hacia el paciente: su reacción a la transferencia del paciente, cómo sus propias experiencias impactan en su comprensión del paciente y las respuestas emocionales del analista hacia el paciente.
Los mecanismos de defensa son utilizados por el ego como una forma de lidiar con el conflicto de los problemas en la vida. Operando a un nivel inconsciente, los mecanismos de defensa ayudan a reducir los sentimientos negativos (por ejemplo, ansiedad y culpa). Los mecanismos de defensa más comunes son la represión, la negación y la proyección.
La negación es la negativa de un individuo a aceptar ciertos aspectos de una realidad determinada o a enfrentarse a ellos (o a todos) para evitar posibles sentimientos de malestar. Existe en un continuo, ya que puede considerarse una reacción normal a un acontecimiento estresante o a una psicosis grave. Aunque comúnmente se define como un tipo de mecanismo de defensa, la negación desempeña un papel en todos los mecanismos de defensa. Freud también se refirió a ella como desautorización.
Es un acontecimiento mental que consiste en alucinaciones que implican imágenes y emociones. Los sueños se producen durante la fase de movimientos oculares rápidos (MOR) durante el sueño. Según Freud, las preocupaciones actuales y los deseos inconscientes de la infancia están presentes durante el día y requieren una gratificación, y son los sueños los que nos permiten responder a estas demandas mientras seguimos durmiendo (por ejemplo, una persona que tiene sed sueña que bebe agua, lo que le permite seguir durmiendo en lugar de tener que despertarse y saciar su sed).
Psicosexual
Sigmund Freud fue un influyente médico y fundador del psicoanálisis que trató a pacientes con trastornos psiquiátricos. Sus puntos de vista sobre la homosexualidad atribuían factores biológicos y psicológicos para explicar las principales causas de la homosexualidad. Sigmund Freud creía que los seres humanos nacen con impulsos libidinales sexuales desenfocados y, por lo tanto, argumentaba que la homosexualidad podría ser una desviación de dicho impulso sexual[1].
Los artículos más importantes de Freud sobre la homosexualidad fueron escritos entre 1905, cuando publicó Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, y 1922, cuando publicó “Ciertos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad”[2] Freud creía que todos los seres humanos eran bisexuales, con lo que se refería principalmente a que todos incorporan aspectos de ambos sexos, y que todos se sienten atraídos sexualmente por ambos sexos. En su opinión, esto era cierto anatómicamente y, por tanto, también mental y psicológicamente. Tanto la heterosexualidad como la homosexualidad se desarrollaron a partir de esta disposición bisexual original[3]. Como una de las causas de la homosexualidad, Freud menciona la experiencia heterosexual angustiosa: “Son de particular interés aquellos casos en los que la libido cambia a un objeto sexual invertido tras una experiencia angustiosa con uno normal”[4].