Teoría de la autoafirmación
La autopercepción es cómo nos vemos a nosotros mismos, y no nos vemos exactamente como somos. Sigue leyendo para conocer la teoría de la autopercepción y cómo podemos llegar a vernos a nosotros mismos con más exactitud.
¿Te acuerdas de la escuela secundaria? Quizá, como yo, prefieras no recordarlo, pero estoy segura de que sí. En la escuela secundaria me di cuenta de repente y de forma dolorosa de cómo me movía por el mundo: cómo eran mis andares y mi postura, cómo sonaba mi voz, incluso cómo olía. Fue casi como si al cruzar las puertas del colegio por primera vez se hubiera activado un interruptor genético dentro de mí, y ahora me asediaban preguntas sobre quién era y cómo me veían los demás.
Cómo me veo a mí misma es un aspecto en constante evolución de quién soy. En otras palabras, mi autopercepción cambia constantemente, está sujeta a los caprichos de cómo me sienta un día determinado, de lo que ocurra a mi alrededor y de lo último que me haya dicho alguien. Para las personas con determinados trastornos mentales, la autopercepción es un proceso constantemente difícil y doloroso; para todos nosotros, puede oscilar entre gratificante y absolutamente humillante. ¿A qué se debe esto? Conozcamos la ciencia que hay detrás de la autopercepción, para que podamos vernos a nosotros mismos de la forma más cariñosa y eficaz posible.
¿Qué es la teoría de la autopercepción?
La teoría de la autopercepción se basa en el argumento de que los individuos interpretan sus acciones del mismo modo que interpretan las acciones de los demás y que la acción de cada individuo está influida por el entorno social y no por su libre albedrío (Bem, 1972).
¿Cuál es un ejemplo de la teoría de la autopercepción?
Hay muchos ejemplos de la teoría de la autopercepción. Un ejemplo de la teoría es una persona que decide que el jazz es su tipo de música favorito simplemente porque ha observado que lo escucha más que otros tipos de música. Otro ejemplo es preguntar a alguien si le gusta comer pasta.
¿Qué es la teoría de la autopercepción en psicología social?
Según la teoría de la autopercepción, cuando las personas no están seguras de sus propias actitudes, una forma de deducirlas es fijarse en sus comportamientos. Daryl Bem propuso la teoría de la autopercepción en 1967 cuando argumentó que las personas a veces analizan su propio comportamiento de la misma manera que analizarían el comportamiento de otra persona.
Autopercepción 뜻
Resumen: La teoría de la autopercepción describe el proceso en el que las personas, que carecen de actitudes o respuestas emocionales iniciales, las desarrollan observando su propio comportamiento y llegando a conclusiones sobre qué actitudes deben haber impulsado ese comportamiento.
La teoría de la autopercepción es contraintuitiva. El conocimiento común nos hace suponer que la personalidad y las actitudes de una persona impulsan sus acciones; sin embargo, la teoría de la autopercepción demuestra que no siempre es así. En términos sencillos, ilustra que “somos lo que hacemos”. Según la teoría de la autopercepción, interpretamos nuestras propias acciones del mismo modo que interpretamos las de los demás, y nuestras acciones suelen estar influidas socialmente y no se producen por voluntad propia, como cabría esperar[1].
Varios estudios realizados desde entonces han confirmado que la teoría de la autopercepción existe y, además, nos influye en muchos contextos inesperados. Tiffany Ito y sus colegas realizaron un estudio en 2006 para comprobar si los cambios faciales podían desencadenar cambios en los prejuicios raciales de los participantes. Se pidió a los participantes que sostuvieran un lápiz con la boca (induciéndoles así a sonreír) mientras miraban fotografías de sujetos masculinos anónimos blancos y negros. Los resultados mostraron que aquellos a los que se les había hecho sonreír mientras miraban a los sujetos negros mostraban menos prejuicios implícitos hacia los hombres negros después del hecho que aquellos a los que se les había hecho sonreír mientras miraban sólo a sujetos blancos.
Teoría de la percepción visual
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La teoría de la autopercepción (TAP) es una explicación de la formación de actitudes desarrollada por el psicólogo Daryl Bem[1][2]. Afirma que las personas desarrollan sus actitudes (cuando no existe una actitud previa debido a la falta de experiencia, etc., y la respuesta emocional es ambigua) observando su propio comportamiento y concluyendo qué actitudes deben haberlo causado. La teoría es contraintuitiva por naturaleza, ya que la sabiduría convencional es que las actitudes determinan los comportamientos. Además, la teoría sugiere que las personas inducen actitudes sin acceder a la cognición interna ni a los estados de ánimo[3]. La persona interpreta racionalmente sus propios comportamientos manifiestos del mismo modo que intenta explicar los comportamientos de los demás.
Autoconcepto
Los estudios han identificado variables que moderan el grado en que la satisfacción laboral predice el comportamiento laboral o que moderan el impacto inverso del comportamiento laboral sobre la satisfacción laboral. Basándonos en un marco de fuerza de actitud y autopercepción, argumentamos que ciertas variables pueden moderar tanto la utilidad predictiva de la satisfacción laboral para el comportamiento laboral como el impacto del comportamiento laboral en la satisfacción laboral. Centrándonos específicamente en la centralidad del trabajo, sostenemos que una alta centralidad del trabajo hace que la satisfacción laboral sea una actitud laboral fuerte, mientras que una baja centralidad del trabajo hace que la satisfacción laboral sea una actitud laboral débil. Por lo tanto, la utilidad predictiva de la satisfacción laboral tanto para el comportamiento extra-rol como para el comportamiento intra-rol debería ser mayor cuanto más central sea el trabajo para los empleados. Por el contrario, la influencia de la conducta extra-rol, pero no de la conducta dentro del rol, en la satisfacción laboral debería ser mayor cuanto menos central sea el trabajo para los empleados. Los resultados de un estudio en dos fases (N = 176) coinciden con estas predicciones. Analizamos otras variables que pueden desempeñar un papel similar en la relación bidireccional entre la satisfacción laboral y el comportamiento en el trabajo.