Gramsci sobre la hegemonía
Antonio Gramsci nació en Italia en 1891 y fue cofundador del Partido Comunista Italiano. Fue encarcelado en 1928 durante 20 años mientras ejercía de líder del partido por el entonces Primer Ministro italiano, Benito Mussolini.
Durante su estancia en prisión, Gramsci se mantuvo ocupado y, con la ayuda de su hermana, produjo varias obras. Sin embargo, su obra no se publicó hasta después de su muerte (a la edad de 46 años), en lo que se conoce como los “Cuadernos de la cárcel”. Mientras Karl Marx afirmaba que la burguesía (clase dominante) controla la base económica de la sociedad y crea la superestructura que le permite controlar al proletariado (clase trabajadora), Gramsci sostenía que el control se produce a través de “ilusiones ideológicas” producidas por la clase dominante.
La clase dominante no puede controlar a la gente sólo mediante la coerción, también debe haber un control ideológico. Gramsci llamó a este complejo proceso “hegemonía”, que en pocas palabras, es un medio de dominación de clase a través de persuadir a la gente de que las ideas de la clase dominante son simplemente de sentido común.Gramsci argumentó que la hegemonía es un mecanismo invisible y las ideas de la clase dominante impregnan toda la sociedad, es decir, son incuestionables y se normalizan a través de la exposición constante en particular para la clase obrera.
¿Cuál es el concepto clave de la teoría de Gramsci?
El concepto de poder de Gramsci se basa simplemente en los dos momentos de las relaciones de poder-Dominio (o coerción) y Direzione (o consenso). Estos dos momentos son elementos esenciales, de hecho los elementos constitutivos de un estado de equilibrio, un estado de equilibrio entre las fuerzas sociales identificadas como los líderes y los dirigidos.
¿Qué es el resumen de la hegemonía de Gramsci?
El análisis de Gramsci de la hegemonía implica, por tanto, un análisis de las formas en que tales ideas capitalistas se difunden y se aceptan como algo común y normal. Una clase hegemónica es aquella que es capaz de obtener el consentimiento de otras fuerzas sociales, y la retención de este consentimiento es un proyecto continuo.
¿En qué consiste la teoría del intelectual de Gramsci?
Gramsci sostenía que todos los hombres son intelectuales; todos tienen la capacidad de pensar incluso en el trabajo más definido físicamente. Pero no todos los hombres son intelectuales por su función social. Hay personas que utilizan más que otras su facultad intelectual. Estas personas son las que él llamó intelectuales.
Definición de gramosci de hegemonía
En todo el mundo hay estudiosos que “piensan de forma gramsciana sobre el presente” sin “aplicar rígidamente los conceptos de Gramsci” (Morton 2007: 208 y 213). Esto es especialmente cierto hoy en día en los estudios sobre Oriente Medio, donde la teoría social de Antonio Gramsci (1891-1937) se utiliza cada vez más como herramienta analítica para explicar una serie de retos y enigmas urgentes.
En sus luchas personales y en sus cuadernos de la cárcel, el cofundador del Partido Comunista Italiano libró una batalla incansable contra las interpretaciones deterministas, principalmente economicistas, del marxismo, haciendo hincapié en la importancia del análisis y las interpretaciones sociológicas con el objetivo de desarrollar una filosofía liberadora de la praxis, un marxismo más matizado social e históricamente, pero siempre basado en las condiciones materiales o la experiencia vivida. Su principal preocupación era teorizar la durabilidad del capitalismo en las sociedades industriales avanzadas y explicar qué impedía el cambio revolucionario en este sistema profundamente explotador, pero también cómo superar el capitalismo mediante la actividad revolucionaria. Sus preocupaciones son más urgentes hoy en día en el contexto de una desigualdad socioeconómica aún mayor, a nivel mundial pero especialmente en Oriente Medio, y Gramsci nos legó una serie de conceptos centrales y formas de pensar que sirven como fuentes de inspiración intelectual y metodológica.
Hegemonía cultural
Los tres conceptos aquí tratados constituyen quizá los componentes más importantes de la “filosofía de la praxis” de Gramsci. Por un lado, los tres conceptos representan las primeras elaboraciones sobre los fundamentos del poder de clase, abordando este último desde el punto de vista de consideraciones superestructurales así como infraestructurales. Además, al definir la naturaleza del poder de clase en la sociedad capitalista a través de una elaboración de la relación dialéctica entre la base y la superestructura y, específicamente, al esbozar los elementos esenciales de una estrategia revolucionaria sólida que aborde la compleja naturaleza del poder de clase y la hegemonía, estos conceptos cumplen el primer criterio de la “praxis”, a saber, la comprensión adecuada (es decir, dialéctica) de la dominación y el poder de clase a partir de la cual puede evolucionar una práctica revolucionaria sólida. Es decir, una práctica que pueda desafiar y sacudir con éxito los cimientos del dominio de clase capitalista y de la sociedad capitalista. Huelga decir que la comprensión de estos conceptos es el paso más importante en el estudio del marxismo de Gramsci.
Guerra de posición gramsci
Antonio Francesco Gramsci (UK: /ˈɡræmʃi/ GRAM-shee,[6] US: /ˈɡrɑːmʃi/ GRAHM-shee,[7] italiano: [anˈtɔːnjo franˈtʃesko ˈɡramʃi] (escuchar); 22 de enero de 1891 – 27 de abril de 1937) fue un filósofo, periodista, lingüista, escritor y político marxista italiano. Escribió sobre filosofía, teoría política, sociología, historia y lingüística. Fue miembro fundador y líder del Partido Comunista Italiano. Crítico acérrimo de Benito Mussolini y del fascismo, fue encarcelado en 1926, donde permaneció hasta su muerte en 1937.
Gramsci es conocido sobre todo por su teoría de la hegemonía cultural, que describe cómo el Estado y la clase capitalista dominante -la burguesía- utilizan las instituciones culturales para mantener el poder en las sociedades capitalistas. En opinión de Gramsci, la burguesía desarrolla una cultura hegemónica utilizando la ideología, en lugar de la violencia, la fuerza económica o la coerción. La cultura hegemónica propaga sus propios valores y normas para que se conviertan en los valores de “sentido común” de todos y mantener así el statu quo. Por tanto, la hegemonía cultural se utiliza para mantener el consentimiento al orden capitalista, en lugar del uso de la fuerza para mantener el orden. Esta hegemonía cultural es producida y reproducida por la clase dominante a través de las instituciones que forman la superestructura.