Teoría de la abiogénesis
Lynn Margulis es conocida como la científica que avanzó la teoría endosimbiótica a finales de los años 60 (Sagan, 1967) y la llevó desde su rechazo hasta su aceptación por la comunidad científica en los años 80. Sin embargo, la contribución de Margulis no fue ni nueva ni decisiva en términos de experimentos concluyentes. La hipótesis de un origen endosimbiótico del cloroplasto se propuso por primera vez a finales del siglo XIX. En los años 60, Hans Ris, profesor de Margulis, demostró de forma convincente que los plastos contienen su propio material genético y resucitó la hipótesis endosimbiótica (Ris & Plaut, 1962). A principios del siglo XX se formularon hipótesis similares sobre las mitocondrias, cuyo ADN se descubrió en la misma época que el ADN plastidial. El apasionado debate de los años 70 entre partidarios y detractores del origen simbiótico quedó sin resolver hasta el desarrollo de un nuevo campo de la biología al que Margulis dirigió muchas críticas: la filogenia molecular. Además, los aspectos de la teoría que ella fue la única científica en defender (el origen simbiótico del sistema de microtúbulos) no se confirmaron tras 50 años de investigación. Cabe preguntarse qué papel desempeñó Margulis para alcanzar el consenso.
¿Quién creó la teoría de la endosimbiosis?
Lynn Margulis, (nacida el 5 de marzo de 1938, Chicago, Illinois, EE.UU.-muerta el 22 de noviembre de 2011, Amherst, Massachusetts), bióloga estadounidense cuya teoría endosimbiótica en serie del desarrollo de las células eucariotas revolucionó el concepto moderno de cómo surgió la vida en la Tierra.
¿Quién sugirió la endosimbiosis?
La teoría del endosimbionte de las mitocondrias y los cloroplastos fue propuesta por Lynn Margulis, de la Universidad de Massachusetts Amherst.
¿Cuál es la principal teoría de la endosimbiosis?
La teoría endosimbiótica afirma que las mitocondrias y los cloroplastos de las células eucariotas fueron en su día bacterias aerobias (procariotas) que fueron ingeridas por una gran bacteria anaerobia (procariota). Las bacterias aerobias eran inicialmente procariotas de vida libre, antes de ser ingeridas por bacterias anaerobias.
Teoría de la evolución por simbiosis
Lynn Margulis, Catedrática Distinguida del Departamento de Geociencias de la Universidad de Massachusetts, Amherst, es miembro de la Academia Nacional de Ciencias y de la Academia Rusa de Ciencias Naturales. Recibió la Medalla Nacional de la Ciencia de manos del Presidente Clinton en 2000.
| Estos investigadores sostienen que la mutación aleatoria, que durante mucho tiempo se creyó (pero nunca se demostró) que era la principal fuente de variación genética, sólo tiene una importancia marginal. Mucho más significativa es la adquisición de nuevos genomas por fusión simbiótica.
Fruto de treinta años de profundizar en una vasta bibliografía, en su mayor parte arcana, éste es el primer intento de ir más allá -y revelar las graves limitaciones- del pensamiento dogmático que ha dominado la biología evolutiva durante casi tres generaciones. Lynn Margulis, a quien E.O. Wilson llamó “uno de los pensadores sintéticos de más éxito en la biología moderna”, presenta una teoría exhaustiva y científicamente respaldada que desafía directamente los supuestos que mantenemos sobre la diversidad del mundo viviente.
Simbiogénesis square enix
Los seres vivos se dividen en tres grandes grupos: Archaea, Bacteria y Eukarya. Los dos primeros tienen células procariotas, y el tercero contiene todos los eucariotas. Se dispone de un registro fósil relativamente escaso para ayudar a discernir cómo eran los primeros miembros de cada uno de estos linajes, por lo que es posible que todos los acontecimientos que condujeron al último ancestro común de los eucariotas actuales sigan siendo desconocidos. Sin embargo, la biología comparada de los organismos existentes y el limitado registro fósil permiten hacerse una idea de la historia de Eukarya.
Los primeros fósiles encontrados parecen ser bacterias, probablemente cianobacterias. Tienen unos 3.500 millones de años y se reconocen por su estructura relativamente compleja y, para ser procariotas, por sus células relativamente grandes. La mayoría de los demás procariotas tienen células pequeñas, de 1 ó 2 µm, y serían difíciles de identificar como fósiles. La mayoría de los eucariotas vivos tienen células de 10 µm o más. Las estructuras de este tamaño, que podrían ser fósiles, aparecen en el registro geológico hace unos 2.100 millones de años.
Origen de las mitocondrias
Historia del pensamiento evolutivoHome → Historia del pensamiento evolutivo → 1900 hasta la actualidad → Endosimbiosis: Lynn MargulisMargulis y otros plantearon la hipótesis de que los cloroplastos (abajo) evolucionaron a partir de las cianobacterias (arriba). Imagen del cloroplasto por cortesía del Laboratorio de Microscopía Electrónica de la Universidad Estatal de Nuevo México; imagen de la cianobacteria por cortesía del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Tsukuba.
La Síntesis Moderna estableció que, con el tiempo, la selección natural actuando sobre las mutaciones podía generar nuevas adaptaciones y nuevas especies. Pero, ¿significaba eso que los nuevos linajes y adaptaciones sólo se forman a partir de los antiguos y heredando los genes de éstos? Algunos investigadores respondieron que no. La evolucionista Lynn Margulis demostró que un acontecimiento organizativo importante en la historia de la vida implicaba probablemente la fusión de dos o más linajes mediante simbiosis.
A finales de la década de 1960, Margulis (izquierda) estudió la estructura de las células. Las mitocondrias, por ejemplo, son cuerpos serpenteantes que generan la energía necesaria para el metabolismo. Para Margulis, se parecían mucho a las bacterias. Sabía que a los científicos les había llamado la atención esta similitud desde el descubrimiento de las mitocondrias a finales del siglo XIX. Algunos incluso sugirieron que las mitocondrias procedían de bacterias que vivían en simbiosis permanente dentro de las células de animales y plantas. Había ejemplos paralelos en todas las células vegetales. Las algas y las células vegetales tienen un segundo conjunto de órganos que utilizan para realizar la fotosíntesis. Conocidos como cloroplastos, captan la energía de la luz solar entrante. La energía impulsa reacciones bioquímicas que incluyen la combinación de agua y dióxido de carbono para producir materia orgánica. Los cloroplastos, al igual que las mitocondrias, se parecen mucho a las bacterias. Los científicos se convencieron de que los cloroplastos (abajo a la derecha), al igual que las mitocondrias, evolucionaron a partir de bacterias simbióticas, concretamente, que descendían de las cianobacterias (arriba a la derecha), los pequeños organismos que aprovechan la luz y que abundan en los océanos y en el agua dulce.