Teoría neoclásica del mercado laboral
La teoría neoclásica del crecimiento hace referencia a un modelo económico que define que el crecimiento económico constante es el resultado de tres fuerzas vinculantes: la mano de obra, el capital y la tecnología. Mientras que una economía puede disponer de fuentes limitadas de mano de obra y capital, la tecnología puede contribuir ampliamente a su crecimiento.
La Oficina Nacional de Investigación Económica atribuye a Robert Solow y Trevor Swan el mérito de haber desarrollado e introducido la teoría neoclásica del crecimiento, que a veces también se denomina modelo de Solow y Swan.
Según la teoría neoclásica del crecimiento, un equilibrio temporal o a corto plazo resulta de un tamaño proporcional del capital y del trabajo activo en la función de producción. La teoría también sostiene que la tecnología influye significativamente en la economía, ya que ésta no puede seguir creciendo sin avances tecnológicos.
La teoría neoclásica del crecimiento esboza tres factores necesarios para el crecimiento económico. Sin embargo, la teoría explica que el equilibrio a corto plazo es diferente del equilibrio a largo plazo y no requiere ninguno de los tres factores dados.
¿Cuáles son las características de la teoría neoclásica?
Principales características neoclásicas
Podemos distinguir cuatro características fundamentales de la metodología neoclásica: el individualismo metodológico, la racionalidad, el equilibrio y la importancia del mecanismo de los precios.
¿Cuál es un ejemplo de teoría neoclásica?
Ejemplo de economía neoclásica
Por ejemplo, usted desea comprar ropa de diseño por la etiqueta de marca que lleva. Además, el coste de producción de la ropa puede ser insignificante. En este caso, el valor percibido de la etiqueta de marca supera su coste de producción, lo que crea un “excedente económico”.
Nueva teoría del crecimiento
La teoría neoclásica tradicional del crecimiento económico es rica desde el punto de vista analítico, pero no ofrece ninguna explicación del crecimiento en estado estacionario de los valores per cápita de la producción o el consumo y no puede explicar de forma plausible las diferencias reales de crecimiento entre países como episodios transitorios. En consecuencia, se han desarrollado varios tipos de modelos de crecimiento endógeno que intentan explicar el crecimiento per cápita en curso. La probabilidad de justificar estrictamente el crecimiento en estado estacionario con cualquiera de estos modelos es muy pequeña, pero sus ideas y predicciones parecen ser valiosas.
Modelo neoclásico de inversión
La teoría clásica del crecimiento es una categoría moderna de teoría económica que se aplica al trabajo de varios economistas que escribieron sobre el proceso y las fuentes del crecimiento económico en su época, aproximadamente en los siglos XVIII y XIX. Dos importantes teóricos asociados a estas ideas son Adam Smith y David Ricardo.
La teoría clásica del crecimiento se desarrolló paralelamente a la Revolución Industrial en Gran Bretaña. El análisis del proceso de crecimiento económico fue un punto central de estos economistas clásicos. Los economistas clásicos intentaron dar cuenta de las fuerzas generales que influían en el crecimiento económico y de los mecanismos subyacentes al proceso de crecimiento.
La división del trabajo, los beneficios del comercio y la acumulación de capital se consideraban las principales fuerzas impulsoras del crecimiento económico. La inversión productiva y la reinversión de los beneficios eran los mecanismos que producían un crecimiento económico continuo, por lo que los cambios en la tasa de beneficios eran un punto de referencia decisivo para analizar la evolución a largo plazo de la economía.
Paradigma neoclásico
Varios estudios empíricos recientes han examinado los determinantes del crecimiento económico utilizando datos medios de los países (sección transversal). En cambio, este trabajo emplea una técnica para utilizar un panel de datos tanto de sección transversal como de series temporales para 98 países industriales y en desarrollo durante 1960-85 con el fin de determinar la importancia cuantitativa para el crecimiento económico de factores específicos de cada país y variables en el tiempo, como el capital humano, la inversión pública y las políticas comerciales orientadas al exterior. Los resultados empíricos respaldan la opinión de que estos factores ejercen una influencia positiva y significativa en el crecimiento económico. También proporcionan estimaciones de la velocidad a la que es probable que se reduzca a largo plazo la diferencia de renta per cápita real entre países ricos y pobres.