El dios de Spinoza pdf
Benedicto de Spinoza fue uno de los filósofos postcartesianos más importantes que florecieron en la segunda mitad del siglo XVII. Realizó aportaciones significativas en prácticamente todas las áreas de la filosofía, y sus escritos revelan la influencia de fuentes tan divergentes como el estoicismo, el racionalismo judío, Maquiavelo, Hobbes, Descartes y diversos pensadores religiosos heterodoxos de su época. Por eso es difícil clasificarle, aunque se le suele considerar, junto con Descartes y Leibniz, uno de los tres grandes racionalistas. Dada la devaluación de Spinoza de la percepción sensorial como medio de adquirir conocimiento, su descripción de una forma puramente intelectual de cognición y su idealización de la geometría como modelo para la filosofía, esta categorización es justa. Pero no debe hacernos perder de vista el eclecticismo de sus búsquedas, ni la sorprendente originalidad de su pensamiento.
Entre los filósofos, Spinoza es más conocido por su Ética, una obra monumental que presenta una visión ética que se desarrolla a partir de una metafísica monista en la que Dios y la Naturaleza se identifican. Dios ya no es el creador trascendente del universo que lo gobierna mediante la providencia, sino la Naturaleza misma, entendida como un sistema infinito, necesario y plenamente determinista del que el ser humano forma parte. El ser humano sólo encuentra la felicidad a través de una comprensión racional de este sistema y de su lugar en él. Por esta y otras muchas posiciones provocadoras que defiende, Spinoza ha seguido siendo una figura enormemente controvertida. Para muchos, es el precursor de la modernidad ilustrada que nos llama a vivir guiados por la razón. Para otros, es el enemigo de las tradiciones que nos sostienen y el negador de lo que hay de noble en nosotros. Tras un repaso de la vida y la obra de Spinoza, este artículo examina los principales temas de su filosofía, principalmente tal y como se exponen en la Ética.
Dios de Spinoza
Al igual que muchos filósofos europeos de principios de la Edad Moderna, Benedicto de Spinoza (1632-1677) desarrolló una filosofía moral que fusionaba las ideas de las antiguas teorías de la virtud con una concepción moderna del ser humano, su lugar en la naturaleza y su relación con Dios. Sin embargo, a diferencia de muchos otros autores de la época, Spinoza se opuso firmemente al antropocentrismo y no se comprometió en absoluto con los puntos de vista teológicos tradicionales. Su singular metafísica motivó una intrigante filosofía moral. Spinoza era un antirrealista moral, en el sentido de que negaba que algo fuera bueno o malo independientemente de los deseos y creencias humanas. También apoyó una versión del egoísmo ético, según la cual cada uno debe buscar su propio beneficio; y, al igual que le ocurrió a Thomas Hobbes, esto le llevó a su vez a desarrollar una versión del contractualismo. Sin embargo, las versiones de Spinoza de cada uno de estos puntos de vista, y la forma en que los concilia entre sí, están influidas de forma fascinante por su cuadro metafísico tan poco ortodoxo.
El dios de Spinoza explicado
Al igual que muchos filósofos europeos de principios de la Edad Moderna, Benedicto de Spinoza (1632-1677) desarrolló una filosofía moral que fusionaba las ideas de las antiguas teorías de la virtud con una concepción moderna del ser humano, su lugar en la naturaleza y su relación con Dios. Sin embargo, a diferencia de muchos otros autores de la época, Spinoza se opuso firmemente al antropocentrismo y no se comprometió en absoluto con los puntos de vista teológicos tradicionales. Su singular metafísica motivó una intrigante filosofía moral. Spinoza era un antirrealista moral, en el sentido de que negaba que algo fuera bueno o malo independientemente de los deseos y creencias humanas. También apoyó una versión del egoísmo ético, según la cual cada uno debe buscar su propio beneficio; y, al igual que le ocurrió a Thomas Hobbes, esto le llevó a su vez a desarrollar una versión del contractualismo. Sin embargo, las versiones de Spinoza de cada uno de estos puntos de vista, y la forma en que los concilia entre sí, están influidas de forma fascinante por su cuadro metafísico tan poco ortodoxo.
Citas de Spinoza sobre Dios
Baruch (de) Spinoza[13][b] (24 de noviembre de 1632 – 21 de febrero de 1677)[20][21] fue un filósofo holandés de origen judío-portugués,[22] nacido en Ámsterdam y conocido principalmente bajo el seudónimo latinizado de Benedictus de Spinoza. Fue uno de los principales pensadores de la Ilustración,[20][23] de la crítica bíblica moderna,[24] y del racionalismo del siglo XVII, incluidas las concepciones modernas del ser y del universo,[25] y llegó a ser considerado “uno de los filósofos más importantes -y sin duda el más radical- de principios de la Edad Moderna”[26]. [Inspirado por el estoicismo, el racionalismo judío, Maquiavelo, Hobbes, Descartes y diversos pensadores religiosos heterodoxos de su época[21], Spinoza se convirtió en una de las principales figuras filosóficas del Siglo de Oro holandés.
Spinoza creció en la comunidad judeo-lusa de Ámsterdam. Desarrolló ideas muy controvertidas sobre la autenticidad de la Biblia hebrea y la naturaleza de la Divinidad[27]. Las autoridades religiosas judías emitieron un herem (חרם) contra él, por lo que fue expulsado y rechazado por la sociedad judía a la edad de 23 años, incluso por su propia familia. Sus contemporáneos le llamaban con frecuencia “ateo”, aunque en ninguna parte de su obra Spinoza se opone a la existencia de Dios[28][29][30] Spinoza vivió una vida aparentemente sencilla como afilador de lentes ópticas, colaborando en el diseño de lentes para microscopios y telescopios con Constantijn y Christiaan Huygens. Rechazó recompensas y honores a lo largo de su vida, incluidos prestigiosos puestos docentes. Murió a los 44 años, en 1677, a causa de una enfermedad pulmonar, quizá tuberculosis o silicosis agravada por la inhalación de polvo fino de vidrio mientras tallaba lentes. Está enterrado en el cementerio cristiano de la Nieuwe Kerk de La Haya[31]. En junio de 1678 -poco más de un año después de la muerte de Spinoza- los Estados de Holanda prohibieron todas sus obras, ya que “contienen muchas proposiciones profanas, blasfemas y ateas”. La prohibición incluía la posesión, lectura, distribución, copia y reformulación de los libros de Spinoza, e incluso la reelaboración de sus ideas fundamentales[32] Poco después (1679/1690) sus libros fueron añadidos al Índice de Libros Prohibidos de la Iglesia Católica[33].